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Los ODS y la empresa, una correlación más importante que nunca

La Covid-19 ha ralentizado los avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible pero también su relevancia en el futuro de las empresas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por Naciones Unidas son desde su concepción en 2015 la guía que marca los pasos de sociedades y empresas hacia un futuro sostenible. Estos propósitos están orientados a la construcción de sociedades más justas e igualitarias. Apoyarlos contribuirá a crear una sociedad más equitativa, a reducir el impacto de nuestra actividad en el planeta y a mejorar la calidad de vida de las personas, impulsando un desarrollo socioeconómico sostenible. En esta entrada hablamos del papel de las compañías.

¿En qué consisten los ODS?

Los objetivos creados por la ONU son 17 en total y tratan de garantizar un desarrollo adecuado de las sociedades humanas. De entre todos, algunos afectan especialmente a las empresas. Este es el caso del 5 (Igualdad de género), el 7 (Energía asequible y no contaminante), el 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico), el 9 (Industria, Innovación e Infraestructura), el 12 (Producción y Consumo Responsable) o el 17(Alianzas para Lograr los Objetivos).

Cada uno de ellos está orientado a la solución de un problema determinado que afecta a sociedades de todo el mundo. Además, están interconectados entre sí. Uno puede afectar al desarrollo de otro y viceversa, por lo que se debe cooperar para conseguir soluciones efectivas. Cada objetivo tiene unas metas específicas, las cuales habrá que cumplir antes de 2030.

Llevan en marcha desde 2015 y aún queda mucho trabajo por delante, especialmente tras el impacto de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, desde Naciones Unidas afirman que “la pandemia del coronavirus es una oportunidad para construir una economía que preserve la salud del planeta”.

El papel de las empresas

Las empresas, tanto pymes como grandes empresas, han mostrado en los últimos años un compromiso cada vez mayor con los ODS. Según Cristina Sánchez, directora ejecutiva de la Red Española del Pacto Mundial, en un artículo publicado por la revista Compromiso Empresarial, desde esta organización se está observando una “creciente involucración de la pequeña y mediana empresa en la Agenda 2030”. Aunque, en su opinión, todavía quedan muchas por convencer. “El 78% de las pymes no la conoce, o solo lo hace de forma superficial”, comenta.

Además, según PWC, en su informe ‘Creating a strategy for a better world’, que mide el nivel de integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el ‘reporting’ y las estrategias de las grandes compañías, el grado de conocimiento de las grandes empresas ha aumentado en los últimos años. De hecho,  el 78 % de las empresas menciona a los ODS en sus informes, el 71% hace referencia a algunos en concreto y un 13% crea los suyos propios ligados a los de la ONU, lo que indicaría que se ha desarrollado una forma propia de acercarse a estos. De entre los 17 propósitos, los más mencionados en España son: ofrecer trabajo decente y fomentar el crecimiento económico, acción por el clima, igualdad de género e innovación.

Incorporar estas metas en el tejido empresarial es de gran relevancia, ya que ayudan a reforzar la confianza entre los individuos interesados, en el contexto de una sociedad cada vez más concienciada (consumidores, inversores, socios…), y crea una visión integral de la labor de la empresa en la consecución de la sostenibilidad. Así, podrán evaluar de forma adecuada su papel y tomar las medidas que consideren oportunas y que serán beneficiosas tanto para la sociedad como para sus resultados empresariales.

Por ejemplo, fomentar la creación de puestos de empleo decente contribuirá a mejorar la economía, pero también la calidad de vida de las personas. Esto creará sociedades más prósperas, algo que tendrá una incidencia directa en los objetivos.

La prosperidad implica una mejora en la educación de las personas (objetivo 4) y a que sean más conscientes de los problemas medioambientales (objetivo 12). En esto, las empresas juegan un rol fundamental.

En definitiva, el papel que tienen las compañías para cumplir los ODS es innegable. Aún quedan 15 años para conseguir las diferentes metas, tiempo suficiente para que podamos trazar alianzas y contribuir tanto a la mejora de la economía como a cuidar del planeta.

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