Nuestra visión sobre

Liderazgo en tiempos de crisis

Contar con un buen liderazgo en nuestras compañías es un aspecto clave para garantizar un óptimo funcionamiento de las organizaciones y establecer el equilibrio entre productividad, motivación y eficiencia. Un aspecto mucho más relevante en tiempos de crisis como el que estamos viviendo a causa del coronavirus

Situaciones de incertidumbre social y económica como las que está generando actualmente el COVID-19, en las que se altera por completo el funcionamiento de las empresas de forma inesperada, exigen fijar a través de sus líderes una estrategia sólida que transmita seguridad y confianza tanto interna como externamente. 

El catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra, Oriol Amat, declaraba en una entrevista con el periódico La Vanguardia hace unos años que “cuando las cosas van bien es fácil ser un líder apreciado porque las empresas tienen beneficios y pueden mejorar los salarios y ofrecer mejores condiciones a sus trabajadores. Cuando las cosas van mal y se tiene que recortar… en esos momentos de crisis se ve realmente quién es un buen líder. Son los que anteponen el equipo a su egoísmo personal y consiguen mantener la cohesión pese a las dificultades”.

Y es por ello que, ahora más que nunca, las organizaciones necesitan líderes que tomen las riendas estableciendo una dirección transparente y planificada con la vista puesta en la reactivación y la recuperación. En este sentido, Deloitte establece una serie de procesos iniciales para afrontar este enorme reto y remarca que “los primeros momentos de una crisis determinan el alcance de su impacto en la organización. Por ello, la respuesta es fundamental y marcará, no sólo las líneas de acción a seguir, sino la solidez de la preparación y la probabilidad de éxito de la propia gestión”. En este marco, destaca la importancia de cumplir de forma estricta los planes y protocolos establecidos y el firme compromiso de la dirección implicando a todo el equipo para garantizar la homogeneidad de sus respuestas.

Convertir inconvenientes en oportunidades

La presente crisis económica y sanitaria obligará a una reorganización de modos los de trabajo y horarios: un aspecto que puede convertirse en una oportunidad para que las empresas sean más eficientes y se consiga alcanzar una conciliación real en las empresas. 

En este punto, el papel de los líderes dentro de la compañía será fundamental. La gestión en remoto de equipos exige de grandes habilidades organizativas y de comunicación que requerirán procesos ad hoc para establecer dinámicas de trabajo funcionales y que respondan a las necesidades no solo de los trabajadores sino también de los clientes.

Para ello, ahora más que nunca los líderes deben reunir una serie de cualidades que integren la inteligencia emocional y un liderazgo eficaz.

Las 10 cualidades que todo líder debe tener

Todo gran líder debe actuar como guía de su equipo. Sabe definir una misión común, se convierte en un ejemplo a seguir y consigue sacar el máximo provecho individual y colectivo.

Los nuevos retos empresariales y sociales que nos exige la situación actual exigen contar con un liderazgo renovado, actualizado a la realidad. Estas son las diez cualidades que debe tener  un buen líder en momentos de crisis.

1. Visión estratégica

No hay liderazgo sin objetivos. La intuición y el estilo personal le permiten fijar metas y encauzar al grupo en la dirección adecuada. No solo identifica la diana a la que hay que apuntar, sino que es capaz de inocular en sus seguidores la motivación y el deseo de alcanzarla con una estrategia bien definida.

2. Comunicación

Comunicar es poner lo propio en común. Un buen líder es capaz de desarrollar sus ideas personales y transmitirlas a su equipo. Cuando lideramos con excelencia, contagiamos  entusiasmo, convencimiento y persuasión, porque los sentimos realmente. La excelencia comunicativa implica hacerse entender y motivar con nuestros mensajes, llegando a la razón y al corazón de nuestros destinatarios.

3. Capacidad de escucha

Un líder excelente sabe escuchar con los oídos, pero también con los ojos y con el corazón. Consigue interpretar no solo lo que le están diciendo, también lo que intentan decirle. Y cuenta con una empatía excepcional, gracias a la cual puede ponerse siempre en el lugar de los otros.

4. Competencias tecnológicas

La tecnología de última generación desempeña en las organizaciones actuales un papel imprescindible, especialmente en entornos de trabajo en remoto. Por ello, debemos adaptarnos a los tiempos y entender las alternativas y soluciones disponibles. En un entorno digitalizado, solo un líder digital puede liderar con eficacia.

5. Orientación global y sensibilidad local

Desde lo cercano a lo mundial, así trabajan las compañías y las marcas actualmente. La inmediatez comunicativa, la globalización y la interdependencia planetaria nos exigen desenvolvernos con habilidad, astucia y destreza en los entornos globales. Pero al mismo tiempo debemos ser duchos en los conocimientos y enfoques de proximidad.

6. Proactividad

Anticiparse a los hechos es imprescindibles. Cuando somos capaces de adelantarnos a lo que nos espera, ganamos un tiempo que nos permite obtener mejores resultados. En este sentido, analizar las futuras variaciones del mercado, los hábitos de consumo y las necesidades que nuestros clientes requerirán de nosotros es propio del liderazgo excelente.

7. Adaptación a la incertidumbre

Quien lidera debe tomar decisiones permanentemente. A menudo por puro instinto, sin tiempo para documentarse ni analizar los pros y los contras de cada posicionamiento. Cuando queremos liderar con éxito, cada crisis ha de estimularnos, nunca limitarnos.

8. Espíritu de equipo

El individualismo no cabe en la mochila de un líder ejemplar. La soberbia, los egoísmos y los intereses personales han de supeditarse al bien común. Y, como líderes, hemos de ser un referente para todos en este aspecto.

9. Red de contactos

La calidad y cantidad de los contactos personales refuerzan la capacidad colectiva de aprovechar las oportunidades y superar las dificultades. Las relaciones interpersonales son determinantes en todos los estratos y ámbitos de la organización. En momentos como el actual, mantener esas redes y colaborar en entornos de co-creación y apoyo empresarial será crucial.

10. Humildad

Solo los espíritus sencillos consiguen arrastrar a todos durante todo el tiempo. El éxito o las circunstancias externas que puedan afectarnos no debe cambiar nuestra motivación, o nos destruiremos a nosotros mismos.

Definitivamente, hoy en día no es fácil desempeñar el liderazgo y un líder excelente no es un superhombre, pero posee unos talentos y habilidades directivas que lo convierten en admirable, ejemplar y una inspiración para motivar a sus equipos y sobrepasar los obstáculos.

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