Nuestra visión sobre

Qué es el euro digital que quiere introducir el BCE

El Banco Central Europeo ha proyectado la creación del euro digital, un formato electrónico de dinero para la Eurozona, sencillo y libre de riesgo

La digitalización es un proceso imparable. Tras haber sido capaz de extenderse a todos los ámbitos de nuestra vida y de la empresa, también ha sabido transformar las formas de pago y adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad. 

En este contexto, la Unión Europea no quiere quedarse rezagada en la carrera que las monedas digitales han supuesto tras los primeros acercamientos efectuados por China y Estados Unidos. En ese camino, el Banco Central Europeo (BCE) ha proyectado la creación de un euro digital. Una propuesta que ha despertado el interés de todas las empresas de la zona euro y que podría garantizar a los habitantes y empresas de la zona euro el acceso libre a un medio de pago seguro, simple y universalmente aceptado.

¿Qué es (y qué no es) el euro digital?

El euro digital se plantea como una forma electrónica de dinero del BCE. Serían los billetes de siempre, pero digitales. No busca reemplazar el efectivo, sino funcionar como un complemento que brinde a las empresas y a los ciudadanos más opciones de pago. “Sería un complemento del efectivo, no un sustituto”, aseguraba a principios de octubre en un comunicado la organización. En definitiva, este euro digital vendría a proteger el bien público que supone el euro para la ciudadanía: poder acceder sin coste a un medio de pago aceptado universalmente, fiable, sencillo y libre de riesgo.

Aunque los detalles del nuevo euro electrónico no se han decidido todavía, ya existen algunos apuntes generales. El Banco Central Europeo se postula como su emisor único, al igual que sucede con los euros físicos. El dinero que actualmente utilizamos al pagar mediante transferencia o con tarjeta de crédito lo emiten los bancos comerciales, y no el BCE. De esta manera, se abre la posibilidad de que los ciudadanos puedan mantener cuentas en el propio BCE, haciendo que la banca comercial pueda funcionar como intermediaria.

Finalmente, es importante destacar también que el euro digital no sería una criptodivisa. Mientras que las criptomonedas son volátiles, estos euros digitales tendrían un valor fijo, equivalente a los euros físicos y tendrían el mismo respaldo que el dinero físico por parte del BCE. Un hecho al que las criptomonedas no podrían competir.

¿Qué objetivos tiene el BCE con su implantación?

Podemos resumir los objetivos que se ha planteado el BCE con el euro digital en los siguientes puntos:

- Agilizar y simplificar los pagos: el euro digital será diseñado para ser fácil de comprender, usar y transferir.

- Incidir en la privacidad y hacer los pagos más seguros, gracias a la participación del Banco Central Europeo, carente de intereses comerciales con respecto a los datos del consumidor.

- Apoyar la digitalización económica de la eurozona.

- Aportar alternativas al pago tradicional, en un contexto de pandemia en el que cada vez se usa menos el efectivo.

- Mantener la primacía del euro frente a las nuevas tipologías de «dinero» y métodos de pago.

En resumen, el euro digital seguirá siendo un euro, solo que en formato digital. Sin ser este su objetivo, se plantea como el perfecto sustituto del dinero en efectivo para dar una mayor seguridad y simplicidad a los pagos digitales de los ciudadanos y empresas europeas. El proyecto se encuentra en proceso de consulta y, según ha indicado el propio BCE, se tomará la decisión sobre su posible emisión a mediados de 2021. Sin duda, una iniciativa acorde a los nuevos tiempos y de la que debemos permanecer muy atentos.

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